COVID-19, otro muro para los centroamericanos

La migración hacia Estados Unidos es causada principalmente por la desigualdad de oportunidades y la falta de perspectivas económicas en los países de origen de quienes migran. Cada año, miles de personas parten desde México y Centroamérica huyendo de las condiciones económicas, la violencia sistemática, así como del cambio climático y sus efectos devastadores. Desde marzo de 2020, a las ya difíciles situaciones que originan la migración en la subregión, se sumó la crisis sanitaria generada por la pandemia de la (COVID-19).

Los migrantes ya de por sí se movilizan en condiciones de precariedad, vulnerabilidad e incertidumbre, y transitan largos espacios a la intemperie, sin las condiciones mínimas de alimentación y cobijo, además de estar expuestos a altísimas cuotas de estrés producto de la inseguridad de la travesía. Los cuerpos de quienes migran padecen agotamiento, desgaste y enfermedades; a ello se adiciona la alta exposición a la COVID-19.

La pandemia profundizó los flagelos comunes para las personas en situación de migración forzada. La xenofobia, discriminación y criminalización se agudizaron hacia los migrantes al ser vistos en muchas oportunidades como “portadores del virus”, lo que ha desencadenado situaciones de violencia física y simbólica tanto en los países de tránsito como en los de destino.

Paradójicamente, en la actualidad el foco más crítico en el mundo por la COVID-19 se encuentra en Estados Unidos de América (EE. UU.), puesto que es el país con las cifras más elevadas tanto en casos de contagios como de fallecimientos. En las ciudades con mayor población en EE. UU. viven grandes comunidades de centroamericanos, que en las últimas décadas han conformado familias de varias generaciones y han consolidado su arraigo. Muchas de las personas migrantes de los países del Triángulo Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala) y de México migran con la convicción de reunirse con familiares, por lo que la pandemia de la COVID-19 no ha significado un disuasivo.

Por su parte, las políticas extremas antinmigrantes de la administración Trump llevaron a México a convertirse en una frontera-nación, en tanto la mayoría de los migrantes sin documentos se quedaron varados en tierras aztecas. Entre 2014 y 2019, EE. UU. detuvo 2.960.500 migrantes en la frontera sur, mientras que en 2019 EE. UU. retuvo a 977.509 personas y México a 298.211.1 Durante el mes de octubre de 2020 se recibieron en México 11.336 solicitudes de refugio de hondureños y 3.103 de El Salvador, lo que equivale a un 46 % del total.

En el contexto de la pandemia, la población migrante en tránsito se mantiene mayormente expuesta, pues no sólo no es atendida en los ya abarrotados centros de salud de los países del corredor migratorio, sino que no está contemplada en los planes nacionales de vacunación. Mientras en algunos países están abriendo las fronteras para turistas vacunados, a las personas migrantes se les cierran aún más puertas. Tanto en México como en los países de Centroamérica, los migrantes sin documentos simplemente no están contemplados para acceder a los planes de vacunación, pues no cuentan con documentos en regla. Esta situación además de profundizar el estado de vulnerabilidad de la población migrantes, acentúa la discriminación a la que pueden ser objeto por supuestamente ser constantes transmisores del virus.2 En México, el plan de vacunación está restringido a quienes obtengan la Clave Única de Registro de Población (CURP), un código que sólo pueden obtener ciudadanos mexicanos, residentes permanentes y temporales.

Aunque se mantengan cerradas las fronteras la necesidad de migrar es una realidad en aumento, lo que ha generado el incremento del crimen organizado que ofrece rutas y medios de transporte clandestinos para movilizar a los migrantes sin seguir ningún tipo de protocolo sanitario, exponiéndolos a toda clase de peligros. Asimismo, se han hecho cada vez más frecuentes las estafas a migrantes recluidos en centros de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduana que son extorsionados o engañados mediante supuestos planes de pago de fianzas.

Para quienes han sido detenidos la situación se agrava tomando en cuenta la incertidumbre jurídica en la que se encuentran, pues aunque el Gobierno de Biden anunció reformas en las políticas migratorias, éstas aún no se concretan. La revisión de las solicitudes de asilo puede tardar meses, en ese lapso las personas que esperan el proceso son retornadas a territorio mexicano donde se exponen a situaciones de vulnerabilidad y discriminación. Las expulsiones de migrantes desde la frontera no dejan de sucederse pese a la pandemia, incluso en casos de personas enfermas de la COVID-19, que son expulsadas sin realizar los avisos oficiales correspondientes ni seguir los protocolos adecuados.3

Asimismo, la frontera sur de EE. UU. se mantiene cerrada y, de hecho, la actual administración del país del norte reabrió uno de los centros de detenciones para menores en la frontera de Texas. El Gobierno estadounidense afirma que será una medida temporal debido a los más de 6.000 menores sin acompañantes que han llegado a la frontera en lo que va de año.4 Por su parte, en una reciente entrevista,5 Roberta Jacobson, asistente especial del presidente Joe Biden y coordinadora para la frontera con México, afirmó que para tomar las precauciones adecuadas a la pandemia “es muy importante que la gente que no tiene una cita agendada se quede dónde está y no trate de cruzar la frontera hasta que reciba la llamada”, también aseveró que aunque se suavicen las políticas de migración de la administración anterior, en especial los Protocolos de Protección a Migrantes (PPM) o programa “Quédate en México”, la mayoría de los solicitantes de asilo “no van a calificar” para el ingreso legal.

El 22 de febrero, la página de la Embajada y Consulado de Estados Unidos en México publicó un comunicado del Agregado de Seguridad, Edgar Ramírez, donde el funcionario es explícito en cuanto al protocolo para las personas con casos abiertos del Programa Quédate en México, dice: “Que quede claro: no venga ahorita a la frontera”, e insta a los migrantes a esperar una llamada para concertar una cita.6

Todo apunta a que México seguirá siendo la nación-frontera o el “muro” para la migración del Triángulo Norte y otros países de Suramérica, e incluso transcontinental (especialmente desde África), que utilizan el corredor migratorio como acceso a EE. UU. Luego de la represión y dispersión de la caravana de migrantes en Guatemala, ha proliferado la llamada “migración hormiga”, grupos pequeños de migrantes que buscan sortear la vigilancia y la represión de las fuerzas policiales, lo que no los exime de lidiar con el crimen organizado en torno a la trata de personas, la extorsión y la estafa, así como a la exposición y falta de atención en el contexto de la pandemia de COVID-19.

Referencias

1 Disponible en: https://www.anahuac.mx/mexico/noticias/Migracion-y-COVID-19

2 Disponible en: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2021/02/mexico-registro-vacunacion-excluye-importantes-sectores-poblacion/

3 Disponible en: https://sinfronteras.org.mx/osc-presentan-informe-sobre-las-graves-afectaciones-del-covid-19-en-poblacion-migrante-y-refugiada-en-mexico/

4 Disponible en: https://www.voanoticias.com/estadosunidos/eeuu-abre-centro-menores-no-acompanados-llegan-frontera

5 Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-56093388

6 Disponible en: https://mx.usembassy.gov/es/si-eres-migrante-y-tienes-caso-pendiente-bajo-el-protocolo-mpp-no-vengas-ahora-a-la-frontera/